¿Es el Antiguo Testamento un proyecto de pueblo en respuesta a la derrota de los estados de Israel y Judá ante los imperios que las dominaron, durante casi toda la epopeya que cuentan estos libros?

Nos llama la atención la ausencia de martirio y de muerte gloriosa, así como reconocimeinto con honores por el caído, en las narraciones bíblicas (Antiguo Testamento), por contra de las narraciones de los héroes de otras culturas. Los autores bíblicos redactan narrativas y códigos de leyes que promueven la creación de personajes a través de la procreación, en lugar de la muerte heroica; parece que escriben para asegurar la preservación de su pueblo bajo condiciones de dominio extranjero, primero por los ejércitos asirios y luego por los babilonios, más tarde por los persas, luego por Grecia y por último por Roma. Hallamos diferencias entre los ideales de heroísmo bíblicos y los que se hayan en otros textos extra bíblicos, en Babilonia, en Egipto, en Grecia… Parece que nos encontramos ante una prueba del pragmatismo judío, una manera de desarrollar la supervivencia corporativa frente a los dominadores que conlleva la formación de un nuevo tipo de comunidad política, más centrada en un nuevo concepto de héroe y en un cambio de roles sociales del hombre y de la mujer.

Podemos decir que los autores bíblicos desarrollaron nuevas estrategias de supervivencia para su pueblo después de la desaparición de los reinos de Israel y Judá. ¿Cómo lo hacen? De dos maneras que ya hemos adelantado:

Existe ausencia de conmemoración o exaltación de los muertos en la guerra y en todas las historias que hay de batallas y guerras. El heroísmo ya no se adquiere en la batalla, no en ser un guerrero militar, sino en ser un hombre con clase, de virtud aristocrática, de nobleza, una nobleza que se refleja en el cuidado de los demás y en la búsqueda de justicia en su sociedad. Así lo vemos en Deuteronomio 20:1-25:19. Quizá por eso se excluye 1 Macabeos del canon de libros judío, de la tradición rabínica bíblica (de hecho sólo se incluye en el canon católico) porque es el único libro donde se ensalza la muerte heroica.

Así, en el libro de los Jueces, en lugar de morir muertes nobles y heroicas, los guerreros venerados mueren en paz, con sus descendientes llorando su muerte, y esto es en casi todo el Antiguo Testamento. Los guerreros venerados en la Biblia mueren en casa, en cama y con mucha edad, siguiendo el patrón anteriormente descrito. Las muertes de quienes lo hacen en el campo de batalla y jóvenes no son para nada honrosas a ojos de los autores del Antiguo Testamento: Abimelec, por contra a su padre Gedeón, Jefté, que sacrifica a su única hija, Saúl, que muere de forma similar a Abimelec, a manos de un escudero, o Josías. El único caso aparente de muerte digna en batalla es el de Sansón, y si nos fijamos bien, no tiene hijos y sus hazañas marciales están motivadas por vanidad personal más que por un interés en el bien colectivo.

Por citar un ejemplo, vemos como el historiador Herodoto (siglo IV a EC.) dice que vivir con el decoro que da una fortuna modesta, asegurar la descendencia del linaje, morir en combate ayudando a la defensa de su ciudad, y recibir las honras apropiadas por sus conciudadanos es lo que definía una vida plena y feliz. Calina o Tirteo, padres de la lírica griega a mediados del siglo VII a EC. ya defendían tales ideales.

Y, como segundo factor, también aparece una redefinición de los roles de hombres y mujeres en relación con la familia, la procreación y la educación. Se asigna al hombre mayor participación en la vida familiar y en el hogar, dando lo escribas bíblicos más relevancia a las mujeres en roles públicos. Estarán presentes en asambleas, se las exaltará por tomar la iniciativa individual y se les atribuirá una influencia política significativa. También serán veneradas junto con los patriarcas de la nación, como es el caso de Sara o de Rebeca (Gen 24:60). Estas nuevas formas de entender los papeles que los hombres y las mujeres tienen en la sociedad judía se relaciona con una respuesta a la crisis y a la derrota del pueblo judío bajo dominio extranjero.

Estas nuevas características culturales fueron la respuesta quizá a los pueblos conquistadores, asirios que destruyeron el reino de Israel en el año 720 a EC. y a la del reino de Judá, un siglo más tarde, por los babilonios, en el año 587 a EC. Así, los escritos que se convirtieron en la Biblia (Antiguo Testamento) lo hacen bajo la influencia de los 5 imperios sucesivos que hemos citado anteriormente; incluso los asirios y babilonios deportaron a los reyes de Israel y Judá y los remplazaron con sus propios gobernantes, cambiando reyes autóctonos por gobernantes extranjeros. Y los territorios de Israel y de Judá fueron transformados en provincias o distritos administrativos. La derrota militar provocó cambios muy profundos en las poblaciones de Israel y Judá, en la economía, la demográfica, la ubicación y movilidad, la vida familiar, el idioma, la religión, incluso hasta en las cuestiones existenciales que las poblaciones de esos reinos afrontaron quizá con las transformaciones que hemos mencionado.

Bibliografía:

– https://bibliaparalela.com/

– Jacob L. Wright (2020) War, Memory, and National Identity in the Hebrew Bible. Cambrige University Press.

– Ryan Byrne (2004) Lie Back and Think of Judah: The reproductive politics of Pillar Figurines Near Eastern Archaeology. Vol. 67, nº3.

– Sara Kipfer / Jacob L. Wright (2020) “Fear (not)!” Emotion and Ethics in Deuteronomy. Journal of Ethics in Antiquity and Christianity.

– María del Mar Gabaldón Martínez & Fernando Quesada Sanz (2008) Memorias De Victoria Y Muerte: Ideales, Realidades, Tumbas De Guerra Y Trofeos En La Antigua Grecia. Hesperia 11.